jueves, 10 de febrero de 2011

ACERCAMIENTO AL BARRIO 20 DE JULIO



Haciendo trabajo de campo en el Barrio 20 Julio, observamos las diferentes dinámicas que allí ocurren, especialmente relacionada con la iglesia del Divino Niño,  en donde miles de feligreses acuden los domingos como un acto de devoción y fe, día en que el comercio informal se toma las calles aprovechando la congregación masiva, haciendo de estas actividades una fuente de sustento para muchos, no solo en un ámbito religioso, si no en otros aspectos.


Con el divino niño surge una identidad del sector, ligada tanto a la dinámica religiosa como a las actividades comerciales. El espacio público adquiere un ambiente de feria donde se evidencia que gran parte de la población vive de la economía de carácter informal o rebusque, acomodando y reacomodando sus puestos según el flujo de visitantes y defendiendo constantemente en espacio en el que se han ubicado, en ocasiones según la hora de llegada.



La plazoleta frente al templo es el espacio de mayor envergadura en el sector y en esta se llevan a cabo principalmente actos religiosos, que usualmente no presentan tanta formalidad como al interior de la iglesia, ya que simultáneamente es el lugar de trabajo de algunas de las personas dedicadas a la venta de artículos religiosos y alimenticios.



Los accesos vehiculares al barrio generalmente presentan congestión debido a la apropiación de las calles por parte del mercado ambulante, a la gran cantidad de personas que visitan el sector y adicionalmente a que en algunas ocasiones los mismos vehículos son acondicionados para la venta de productos.


Cabe aclarar que a este lugar acuden dos tipos de visitantes principalmente, el primero de ellos son personas que no acceden a los servicios o espacios no religiosos, de modo que al terminar su visita a la iglesia se dirigen a los parqueaderos y salen de las zona en su vehículo, mientras que el segundo grupo son sectores populares, quienes por el contrario una vez terminada la misa, se disponen a curiosear y a circular al interior de los mercados, donde los avisos publicitarios son sobrecargados y el que mas grite es el que mas vende.



 
En la “feria” del 20 de julio se combina todo tipo de comercio, desde el espiritual, al recreativo y cultural, cuya modalidad es básicamente la distribución de productos de consumo popular, de no muy buena calidad y a bajos  precios. Se  alquilan triciclos y llamas para los niños, se venden de todo tipo de alimentos, hay títeres, mimos, adivinos, rezanderos, fotógrafos, etc., donde todo el q mira es un comprador en potencia.






 

miércoles, 2 de febrero de 2011

VENDEDORES INFORMALES 20 DE JULIO

Apreciaciones
A pesar de ser denominados como vendedores informales este grupo social, están totalmente consolidados en el sector haciendo de esta venta una caracterización especial de este barrio.


Suponemos que estas personas son habitantes de este barrio, y aparte de esta actividad se dedican a otra, pues en su mayoría trabajan solamente los fines de semana cuando la iglesia o templo es más frecuentada.
Adicionalmente no tenemos certeza acerca de si todos los vendedores son netamente católicos. Asumimos que la mayoría de estos negocios son familiares que se heredan de una generación a otra.

Espacio de trabajo

-          La percepción que tenemos del stand de estas personas está pensado de tal forma que permita el montaje y desmontaje constante. El espacio esta adecuado para la protección de los artículos de venta y no en todos los casos para el vendedor.

-          La practicidad y la disposición de los elementos en el espacio aunque facilita la visibilidad de los compradores, dificulta la accesibilidad de los mismos a la hora de la venta.

-          Dentro del espacio no se cuenta con un lugar apropiado para que el vendedor se siente y no tenemos conocimiento respecto a la satisfacción de sus necesidades básicas (comer, ir al baño) etc.

-          Todos manejan una igualdad frente a la presentación de sus productos por tanto intuimos que el cliente se sienta atraído por un stand especifico, sino que vea el lugar como un comercio general en el cual pueda recorrer y preguntar con libertad.

-          No tenemos la certeza de que estos vendedores cuenten con un control de los productos ante una acumulación masiva de personas, por lo tanto probablemente estén expuestos a robos o a daños en la mercancía.

Al ser este un punto principal en el sector donde encontramos un flujo de personas constante, deducimos que hay una saturación visual y auditiva que es percibida por el visitante que no está familiarizada con este contexto a comparación con los vendedores.